Profesor Emilio Peirano
Es común que en nuestras casas se acumulen energías bajas, que quienes habitamos en ellas vamos trayendo desde el exterior cada día. Al relacionarnos con otras personas intercambiamos energías de todo tipo. Saben ustedes que la energía del pensamiento es la más fuerte.
Y los pensamientos pueden ser de todo tipo. Hay personas que solo tienen pensamientos de bondad y ayuda al prójimo, otras en cambio, acumulan en sus pensamientos sus mas bajos sentimientos, como la envidia, el rencor o la ira. Esto provoca que recibamos un influjo energético contrapuesto a nuestra propia vibración, opacando los colores de nuestro campo aural. Entramos en un círculo vicioso, del cual no encontramos el modo de salir.
Cuando el espacio de nuestro hogar o de nuestro negocio está cubierto de energías bajas, todo se estanca, todo se detiene. En el hogar no hay progreso, o los proyectos que se tienen no pueden concretarse.
En un negocio comienza a generarse una "expulsión" de la clientela, ya que las personas no se sienten a gusto en el lugar.
Te invito a consultarme si estás atravesando por alguna de estas experiencias.
Seguramente encontraremos una solución adecuada para tu caso.-
Contactános en el 011-46129917
Es común que en nuestras casas se acumulen energías bajas, que quienes habitamos en ellas vamos trayendo desde el exterior cada día. Al relacionarnos con otras personas intercambiamos energías de todo tipo. Saben ustedes que la energía del pensamiento es la más fuerte.
Y los pensamientos pueden ser de todo tipo. Hay personas que solo tienen pensamientos de bondad y ayuda al prójimo, otras en cambio, acumulan en sus pensamientos sus mas bajos sentimientos, como la envidia, el rencor o la ira. Esto provoca que recibamos un influjo energético contrapuesto a nuestra propia vibración, opacando los colores de nuestro campo aural. Entramos en un círculo vicioso, del cual no encontramos el modo de salir.
Cuando el espacio de nuestro hogar o de nuestro negocio está cubierto de energías bajas, todo se estanca, todo se detiene. En el hogar no hay progreso, o los proyectos que se tienen no pueden concretarse.
En un negocio comienza a generarse una "expulsión" de la clientela, ya que las personas no se sienten a gusto en el lugar.
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