lunes, 29 de agosto de 2011

EL TAROT MARSELLÉS

El apasionante mundo del tarot debe ser comprendido desde lo profundo de nuestra mente intuitiva.
Muchos preguntan como se logra ésto.
Recomiendo la práctica constante de la introspección como método de desarrollo de la intuición. Esta no podrá desarrollarse si nos ensordecemos con los ruidos del mundo.
Estar atento a todo lo que el corazón me dice...antiguamente utilizábamos el término "corazonada".
Desde allí es donde se desarrolla este "ver" sin los ojos físicos. Ver desde la mente, como en una sucesión de imágenes en las cuales aparecen todas las respuestas a las preguntas formuladas por el consultante.
Las figuras de los arcanos mayores, representando la psique humana, son el lenguaje que el tarotista traduce para el consultante.
Para poder "ver" hay que estar comunicados espiritualmente con quien necesite las respuestas. Un tarotista NO ES UN ADIVINO. Es un lector ávido y excelente traductor, en todo caso, el tarotista lee en la mente de la persona todo lo que ella pueda necesitar saber con antelación de su vida y su destino. Muchas veces nos encontramos con preguntas mal formuladas, erróneas o mentirosas, la respuesta será en consecuencia o será interpretada con errores. Muchas veces la pregunta está vedada desde el plano espiritual. Entonces debemos estar preparados para saber que decir, para buscar la respuesta desde otra visión.
No comparto la idea de la lectura predictiva con el mero fin de espiar en la vida del otro.
Si, una lectura intuitiva que guíe a la persona en cuanto a conductas a seguir para hacer de su propio futuro un camino marcado por los aciertos, nada es inevitable ni definitivo, todo lo podemos cambiar, simplemente al cambiar la actitud!
El tarotista lee en la vida del consultante pues él ha otorgado el permiso necesario, en la necesidad que tiene de la palabra que lo guíe en su obrar posterior.
Es necesario entonces una comprensión desde la ética, una responsabilidad desde la palabra dicha.
Ma. del Rosario

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