martes, 15 de marzo de 2011

LA MEDICINA NATURAL-SANAR SIN DAÑAR

LA NATURALEZA ES LA QUE CURA:

Así Hipócrates admitió la fuerza vital a que llama Naturaleza, estableciendo que debíamos dejar obrar a la naturaleza en nosotros.
Al sostener que la naturaleza es la que cura, excluye la posibilidad de que existan substancias con virtudes curativas fuera de la naturaleza misma, porque el poder de curación lo posee la Fuerza Vital que la naturaleza nos dió a todos.
Esta fuerza vital se manifiesta mediante la actividad del sistema nervioso, fortificándose con la acción de los agentes naturales como el aire puro, la luz solar, el contacto de nuestros pies con la tierra, la arena y el agua, bebiendo agua energizada, etc.
Todos los que trabajamos en recuperar la salud de las personas, somos servidores de la naturaleza, no sus dueños.
Hipócrates concebía a la medicina como un arte, el camino por el cual la naturaleza podía curar espontáneamente y ante todo sin dañar.
Estableció en el Juramento la prohibición de administrar toda sustancia que pudiera ser perjudicial para el paciente y la búsqueda  del  procedimiento mas sencillos y natural posible en cada caso.
Calificaba a aquél que pretendía maravillar los ojos de su paciente con ornamentos y aparatos, como una persona que no tenía una conducta de hombre de honor.
La naturología estudia todas las leyes de la naturaleza con el objeto de llevarlas a la práctica, entendiendo que al no cumplirlas contravenimos a la ley de la evolución.

La salud es la reacción individual a la acción de las energías externas, cuando están actuando en la cantidad y calidad que la naturaleza marca para cada especie.
La medicina natural considera al sol como el centro de toda vida y de toda energía, animando la vida de todos los seres.
El sol dá al espíritu de la tierra las vibraciones derivadas tanto a los seres como a las plantas, minerales, agua, aire etc.
Siendo el sol un inmenso condensador de vibraciones trascendentes repartidas por el universo, haciendo espejo de la divina luz.
La verdad no puede ser cosa diferente del bien.
La ciencia espiritual, madre de la medicina natural a hecho compatible la doctrina de la mente con la doctrina del corazón. Porque el corazón nunca engaña, nos habla del Dios interno que es nuestra conciencia.

LA LEY DE LA JUSTIFICACIÓN:
                                                        Quienes practicamos la medicina natural en el mundo entero, (vieja ciencia que ha resurgido con fuerza renovadora y a la que la humanidad ha regresado) vemos, oímos, presenciamos con sorpresa y preocupación que, titulándose médicos naturistas y esgrimiendo en sus manos una jeringa,  pretenden disimular viejos métodos de la medicina alopática. SIN DUDAS: NO ES MEDICO NATURISTA QUIEN SE PRESENTA CON UNA JERINGA PARA INYECTAR DROGAS EN EL CUERPO DE SUS PACIENTES.
La medicina natural recurre a las infusiones de las plantas medicinales, que no serán aplicadas con una jeringa sino que suponen una Responsabilidad del enfermo, preparándolas él mismo para buscar su curación. SIN AGREDIR A SU CUERPO, SU SENSIBILIDAD O SU ORGANISMO.

La medicina natural basa su poder de curación en los elementos de la naturaleza, porque el ser humano es parte de esa naturaleza y la contiene.
La conexión energética cielo-tierra, la energía vital del sol con sus poderosos rayos pránicos con todos los colores del espectro. El aire contiene los llamados glóbulos de la vitalidad, que son partículas de energía pura, y la energía de la madre tierra que absorbemos por todos los chacras y meridianos vivificando todo nuestro organismo.
Agregamos a lo que la naturaleza nos brinda, métodos de sanación transmitidos de generación en generación, con el condimento sin el cual la técnica fría fracasa siempre: LA FÉ.
Fé en el poder superior
Fé en nosotros mismos
Fé en el paciente y en su corazón.
Estos es la trilogía del amor sanador.

Sin jeringas, pero con la convicción de que la Divinidad todo lo puede. El amor curativo no es una vacuna, es Dios y su amor infinito.
Somos nosotros, la raza humana, quienes tenemos la decisión de conservar a la madre naturaleza, o seguir destruyéndola y desaparecer junto a ella.
Podrá el mayor depredador que vive sobre la madre tierra, abrir su mente y corazón para dejar fluir el último vestigio de raciocinio de su afiebrada mente?
No solo debemos colaborar. Debemos comprometernos totalmente en esta gigantesca tarea, con la palabra, con nuestras conductas y pensamientos, para que recobremos la dignidad perdida, sin la cual dejamos de ser para convertirnos en NADA.
Nosotros, involucrados en esta gigantesca tarea, y la divinidad desde planos superiores, evitará sin dudas que nuestro hogar desaparezca.
Aferrémonos a nuestra fe inquebrantable y al amor. Solamente el amor entre nosotros podrá más que toda la locura de una ciencia desquiciada que desde sus delirios místicos pretende ser dios terrenal.

La medicina naturista es medicina que viene desde lo espiritual, que ha sabido hacer compatible la doctrina del ojo con la del corazón, y ha sabido rechazar a aquella que aún pareciendo razonable afecta a los mas nobles sentimientos humanos de compasión y estética.
La medicina naturista es ante todo: revelación de la naturaleza al hombre, es religión hecha arte de curar, es reconocimiento de la voluntad divina obrando en los enfermos.
Con o sin títulos, es filosofía y arte de la vida.
Ya son reconocidas las bondades de nuestra medicina que con tanta fe practicamos, sosteniendo que puede mas contra todos los males sobre la tierra la bondad de la conciencia, la razón y el amor.

Emilio Peirano
Sanador chamánico




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