miércoles, 7 de marzo de 2012

EXPERIENCIAS DE MARÍA

Hola. Me llamo María.
Quería compartir con ustedes, pedidos de fé, señales...me cuesta un poco encontrar la palabra, paso a contar lo sucedido.
Siempre que toco fondo, o tocaba fondo, para ser mas exacta, hacía un pedido al cielo, al Ser superior que está allí, y la respuesta me llegaba inmediatamente.
Un día, que era mi cumple, subí al tren vacío que salía de Lacroze a Lemos, donde bajaba. El tren estaba vacío, entre suspiro y suspiro, y lamentándome que ni una rosa tenía en este día tan especial, para mi sorpresa miro en un costado de los asientos ...y ahí estaba un ramo de rosas. Eran tres, sentí que mi corazón explotaba de alegría y la emoción me embargaba hasta las lágrimas, y mirando hacia arriba dije: -Gracias, por estar siempre.

Sigo con experiencias Divinas.
Era el cumple de Héctor (mi hermano). Toda mi familia en una persona muy sensible y bueno, un ser especial. Por mi experiencia de vida el era toda la familia que tenía. Murió a los 53 años, Marino, submarinista, maquinista. Había recorrido el mundo y siempre decía que quería morir en La Rioja, donde había nacido. Y ahí fue donde pasó a otro plano. El dolor mas grande fué cuando partió. En ese momento no había incursionado en estos temas de lo espiritual, al desapego también. Me quería ir en ese momento.
A Héctor le gustaba usar un clavel en el ojal de su ropa. De toda la vida.
Y ahí vá la experiencia: bajaba del tren y a mitad del mismo me encontré con un clavel doble, enorme, rojo, y sonreí en complicidad con él. Que linda experiencia, me dije, y dí gracias porque sentí así, de dar las gracias y de sentir que tengo una soledad muy acompañada...

Ahí va otra:
Cuando era una niña, mi papá me traía bolitas que juntaba en la calle cuando venía de trabajar. En ese momento no existía la tecnología. Las juntaba en una botella para jugos, era divertidísimo para mi.
Mi papá murió un año luego de Hector, de ahí hasta la fecha sigo encontrado bolitas, en los lugares mas insólitos. Una vez estaba en la farmacia y viene rodando una bolita color azul. Me digo: -es la que tenía en la cartera. Cuando llego a casa me doy cuenta que la que tenía en la cartera seguía estando ahí, y esta era otra...y ahora si existe la tecnología! Otra vez en un colectivo, subo y ahí venía rodando justo hasta mis pies otra bolita. Siempre miro para ver si veo algún chico. Nunca veo a ninguno.
Quiero compartir con la Escuela Mirén mis experiencias de vida y darles las gracias por lo que me dan. Y me siento cada vez mejor persona. Despejé muchas de las dudas que giraban a mi alrededor. Gracias a vos Rosarito y al profe Emilio que me ayudaron a salir adelante y liberan mi corazón, mi alma y mi espíritu, y Soy quien Soy sin tanto preámbulo.-
María, 15/2/2012

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