con sonidos de estrellas
con murmullo de voces,
con promesas de cambios...
odios por amores.
Apenas estuvo varada, encallada,
en el infierno temido de las horas marcadas
y tanta es la nada, vacía, cegada, que el hombre Gregorio
admitió su derrota.
-No sigo, no puedo, llenar almanaques de guerras históricas,
de niños no nacidos, de madres vacías, de hombres violentos.
Y la nave vá, por un rumbo marcado a través de los siglos,
infinito despertar de cuerpos celestes.
Nuevamente un niño ha llegado,
multiplicado en millones de niños que lanzan su voz
para apagar al tiempo vencido.
Y la nave vá...lejos quedaron los dioses, las diosas,
los extraños ídolos elevados en la mente tortuosa de la
dominación del hombre.
De no ser necesario el antiguo ritual,
sacerdotes de barro se despedazan
en el cuerpo desnudo de la vanidad.
Y la nave vá hacia un nuevo tiempo
sin tiempo ni edad.
Arantzazu 01/01/2011
